Que tu mano en mi mano derrote el invierno
Caminamos en medio de la calle. El barrio está tranquilo. Buscamos algún local acogedor para picar algo y tomarnos dos cervezas. Quiero brindar contigo por la paciencia, la de los dos, y por nuestra valentía. La valentía de seguir aquí, cada uno con sus manos en los bolsillos, sí, pero cerca en cierto modo. Dices señalando dos sillas: «Si yo viviese aquí, estaría cada noche sentado ahí con una cerveza en una mano… y en la otra tu mano» Y este pequeño instante hace que sonría mucho y el corazón también. Y hace que esté en calma. Que esté feliz.
La rutina que quiero – Llámalo magia