Con los besos que aprendí de tu boca, comprendí lo que era el fuego
Yo antes creía que el corazón lo dirigía uno hacia aquí o hacia allá, según uno lo quisiera, y que podía ser manejado a capricho. Pero ahora sé que no. Que ni siquiera es de uno.
Con los besos que aprendí de tu boca, comprendí lo que era el fuego
Yo antes creía que el corazón lo dirigía uno hacia aquí o hacia allá, según uno lo quisiera, y que podía ser manejado a capricho. Pero ahora sé que no. Que ni siquiera es de uno.